NO A LA REELECCIÓN INDEFINIDA

En el continente se está poniendo de moda la reelección indefinida. En eso anda el Presidente Chávez y lo mismo balbucean en Quito, La Paz y Managua. La moda la quieren imponer en Colombia quienes alegan que lo bueno debe perpetuarse. Y han comenzado por proponer la reelección indefinida del mandato de los alcaldes y gobernadores. Se especula sobre a donde se dirige esa iniciativa.

Como ex constituyente y Gobernador no estoy de acuerdo con ese proyecto, que ahora promueve el Gobierno Nacional y está en el paquete de sus iniciativas prioritarias en el Congreso. Seguramente algunos de mis colegas gobernadores o de mis amigos alcaldes estén emocionados con esa quimera. Me parece un tema inoportuno y un globo de ensayo.

Con el mayor respeto por el ministro Valencia Cossio, considero que ese tipo de iniciativas se convierten en un distractor y en un estímulo para generar avaricias electorales regionales, poner en riesgo el manejo de los dineros públicos y cerrarle el camino a los nuevos liderazgos.

Gobernar es un arte difícil en un país cruzado por tantos conflictos como la miseria, el hambre, la violencia, el narcotráfico, la corrupción, el desempleo, el atraso en infraestructura, el sectarismo y la polarización política.

Pero sobre todo un agua de rosas para los grupos armados ilegales. Es una verdad de a puño que en múltiples lugares el dominio del paramilitarismo se sigue dando a plena luz del día, y que muchos dirigentes no parecen haber aprendido la lección de la parapolítica y siguen desde las cárceles y los cambuches buscando cómo mantener sus feudos electorales y el control del erario a punta de fusil, terror y chantajes.

Establecer la reelección indefinida en las regiones sería premiar a quienes hacen política con las armas en la mano y el dinero sucio en las tulas, y castigar a quienes creen en los relevos generacionales, en la democracia participativa y en la oposición democrática. Porque hay que decirlo con franqueza: un demócrata no se perpetúa en el poder, ni le cierra el camino a los que vienen detrás. Tampoco usa el Estado para convertirse en inmortal, ni cambia las leyes para posar de inamovible. Un verdadero demócrata no se las tira de Superman. Los demócratas apenas somos simples mortales, con una agenda y un tiempo fijo.

En plata blanca, la reelección indefinida propuesta por el ministro técnico sería un incentivo para perpetuar a quienes mantienen secuestrada la democracia en muchas zonas del país, porque el conflicto armado no ha terminado, ni los grupos armados de extrema izquierda o extrema derecha se han desmovilizado totalmente, por el contrario, como denunció desde su cárcel en Washington Jorge 40, se siguen reagrupando y continúan haciendo daño.

En estos tiempos de crisis económica y reavivamiento de los grupos paramilitares y estartazos de los guerrilleros, los problemas de los entes regiones se han multiplicado. Agregar el tema en cuestión es a todas luces inapropiado. Cualquier parecido con una republiqueta bananera sería pura coincidencia.

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